SUEÑOS ROTOS


Quien me iba a decir que ahora que ya peino canas en esta profesión, que ostento la categoría de Don y que cuando yo hablo, todos callan, recordaría con nostalgia los años de pasantía, enterrado entre los legajos amarillentos del archivo, esperando que se me brindara la oportunidad de debutar como Letrado, dispuesto incluso a iniciar una huelga de hambre para que alguien del despacho se fijara en mí y me diera la alternativa. Entonces no era nadie, pero soñaba con serlo algún día, ahora me ríen los chistes aunque no tengan gracia, me ponen el pichón en la boca de la escopeta cuando voy de cacería y aplauden mis alegatos aun cuando sean insostenibles. Me he convertido en un abogado de éxito, pero este no era mi sueño, antes creía en lo que defendía y ahora defiendo todo aquello en lo que no creo.
Mi relato ha sido seleccionado entre los finalistas.